Captain’s Log: Vampiro en casa

Entrada #1:

Últimamente me estoy quedando despierto durante más tiempo. Quizás son los trabajos diarios y universitarios que tengo que realizar. Sin embargo, me gusta también el silencio de la noche. Me suelo concentrar hasta con más facilidad que durante el día. Cuando llega la hora de ir a dormir, generalmente suelen ser las 2:00 am. Debería ir a dormir mucho más temprano por cuestiones de salud. Me acuesto en mi cama. Sin novedades durante la noche.

 

Entrada #2:

El siguiente día está dirigido por la misma rutina de confinamiento. No hay tantas novedades a pesar de los largos trabajos. Al caer la noche y la misma hora, 2:00am; sigo despierto. Una vez acabados todos mis que, a haceres, decido acostarme para descansar. Generalmente me quedó dormido en un promedio de 10 a 15 minutos. Yo estaba confiado en que así sería. Pero no fue así. Al poco rato empecé a escuchar un pitido de baja frecuencia a lado de mis oídos. Un frío me recorrió por la espalda. Pues sabía quién había llegado para visitarme y consecuentemente beber mi sangre. Este sujeto es diminuto pero muy hábil. No me dejó dormir durante toda la noche. Intenté dormir con las sábanas sobre mi cabeza, pero al poco rato me ahogaba. Noche de insomnio.

 

Entrada #3:

La siguiente noche me ganó el fastidio así que decidí dormir sin que las sábanas me cubran el rostro. Mala idea. El visitante nocturno no vaciló en picarme un parpado del ojo. A la mañana siguiente amanecí con un ojo hinchado y muy sensible al tacto. Ese día intenté ir a comprar un repelente o algún insecticida. ¡Vaya mi suerte! El gobierno impuso un estado de excepción debido a la invasión de un agente biológico de procedencia asiática. No me quise arriesgar a salir en plena guerra.

 

Entrada #4:

Para la siguiente noche intenté buscar a ese desgraciado antes de irme a dormir. Pase más de media hora buscando al polizón en este barco. Mi única arma fue una vieja vara mata moscas de color morado. Estaba un poco rota, pero cumple con su propósito. Lamentablemente el intruso no dio señales de vida. Cansado, después de la casa, decidí rendirme y prepárame para recibir un segundo piquetazo.

 

Entrada #5:

En la mañana desperté milagrosamente sin una irritación en mi piel. No sé que habrá pasado. Solo tu

ve un pensamiento en mí; tal vez no quiso visitarme hoy. Intenté pasar mi día evitando un poco la paranoia. Pero vino otro pensamiento a mí. Si él no me deja dormir por

las noches, entonces yo tampoco lo dejaré dormir por las noches. Pero debo apurarme porque encontré a unos arácnidos que se me adelantarían en la caza. Hay muchos de ellos en mi recámara. No me molesta su presencia, de hecho, me alivia pensar que ellos son los depredadores de mi visitante nocturno. ¡Pero no! Por mi honor debo exterminar a ese desgraciado yo mismo. Empieza la cacería.

 

Entrada#6:

Todo el día el pasado buscándolo por las esquinas de las habitaciones. He encontrado peculiaridades. En una polvorienta esquina hay un cementerio de los primos lejanos de chupa sangre nocturno. Pero ellos son más gordos, pesados, y prefieren sobre volar por la caca y los restos de comida de la cocina del barco. Incluso encontré algunos sobre volando la zona. Pero ninguno de ellos era mi archienemigo. Debo apurarme porque la noche se estaba acercando.

Entrada #7 (mismo día 18h00):

¡Eureka! Encontré lo que parecer ser su nido. Estaba en el baño en una parte casi imperceptible. Pero no hay rastro de él. Rendido fui a sentarme en mi cama a pensar. Cuando de repente alcé mi mirada y vi a dos sujetos posado en la pared. ¡Era él! Rápidamente tome una zapatilla mía y sin dudarlo lo aplaste. Celebré su deceso y hasta lo insulté. Cuando retiré la zapatilla para reclamar mi trofeo, vi que el otro sujeto era mucho más pequeño pero similar a mi trofeo de caza. Era su hijo. Al parecer él no era él sino una ella. Me sentí mal y lleno de culpa. A la cría del chupasangre lo deje vivir, a pesar de que tuve la oportunidad de hacer que se reuniese con su madre. Retiré el cuerpo de la madre y lo boté en el basurero. Esa noche dormí plácidamente, pero con un poco de culpa. Noche sin novedades.

 

PD: No logré fotografiar la caza de esa noche.

 

Entrada #8:

Amanecí con mi otro ojo hinchado. Esta mañana salí a comprar un repelente.

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