El mundo, nosotros

Crear y participar en esta actividad evocó un conjunto de emociones de distintos tipos. En primer lugar está la capacidad de ver a la naturaleza con un tinte distinto a aquel que se presenta constante y repetidamente. En segundo lugar, fue gratificante llegar a un variado número de personas que -en su gran mayoría- lograron identificarse con el objetivo final de la actividad: crear nuevas ideas sobre la naturaleza.

‘El mundo, nosotros’ fue un audio de 10 minutos elaborado a bases de textos relacionados a ‘Environmental Hummanities’ en el que se puso a prueba varios conceptos como el binario naturaleza-cultura, wild dog dreaming y Multispecies City.

Al escuchar el audio de una manera más pausada y consiente descubrí que verdaderamente el fin es reconocer el valor de cada especie del mundo. No importa quien es más grande o más pequeño, quien puede ser más peligroso o maleable. No importa ninguna característica, definición o idea previamente establecida. Solo importa la esencia. El aura de cada componente que está sobre y bajo la tierra. Los espacios no pertenecen a nadie. Ninguno es dueño de algún lugar. Todos somos inquilinos de la vida, inquilinos de la creación, de la evolución o cualquier otra creencia. Formar una interrelación con cada miembro del planeta -respetando límites- ayuda a que el valor de cada individuo pueda verse reflejado.

Finalmente, esta actividad puede ser un impulso y ser visto como un piloto para futuras entradas y próximas versiones de este mismo tema. Concientizar a la gente e intentar que logren reflexionar sobre la importancia de todas las especies del planeta es el fin de un producto que, con arduo trabajo, puede ser un estímulo educativo para todas esas nuevas generaciones que se desarrollan.

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