¿La naturaleza cede?

Buscando animales “invasores” pude ir un poco más allá y analizar todo mi entorno, decidí hacer un día “detox” de teléfono, y ver lo que podría encontrarme si veo un poco más allá de mi computadora o ventana. Al iniciar mi día, salí a caminar con mis perros. Thomas, se acercó a olfatear el suelo, cuando regresé a verlo vi una araña pequeña que se metió en un terreno sin construir aún. Después cuando regresé a mi casa, vi una mariquita en una planta de la entrada de mi casa, animales o insectos que sin duda ayudan a nuestro medio ambiente, pero que en muchos casos los consideramos invasores. 

Por la noche, aproximadamente a las 10 de la noche salí a trotar, nada más comenzaba y escuché a un parajó cantar, siempre lo suelo escuchar cuando estoy terminando deberes a las 12 o 1 de la mañana. Me parece bastante curioso, ya que por lo general los pájaros cantan a las 6 de la mañana, y escuchar a uno en plena noche se me hizo muy raro. Aquellas fueron las especies “invasoras” que pude ver y escuchar en un día. Sin embargo, cuando pasé por el terreno sin construir, recordé que cuando llueve se suelen escuchar sapos, nunca he visto uno, pero si los suelo escuchar. Yo vivo en una urbanización, que no es tan desolada, y estos animales, aún viendo que hay construcciones, coches, gente que invade su espacio, siguen ahí. 

Para concluir me gustaría hacerme una pregunta ¿La naturaleza cede? Personalmente creo que no, creo que la naturaleza, hablando específicamente de plantas y especies “invasoras”, tiene una capacidad para adaptarse muy increible. Vemos césped o plantas en medio de adoquines de la calle, vemos que animales comparten su espacio con humanos y con el ruido del día a día. Ellos se adaptan, pero el problema es cuando la invasión ya es total. Cuando no hay espacios verdes ni lugar donde poner un pie, cuando se vuelve 100% urbano y 0% verde. Nuevamente volvemos al punto en que los verdaderos invasores son los humanos, cada vez hay más edificios, centros comerciales, oficinas, etc… Cada vez pensamos en nuestro bienestar económico, y nos olvidamos del bienestar que nos pueden brindar estas especies “invasoras” y en sí, plantas y lo verde. Las nuevas construcciones deben ser más amigables con el medio ambiente al igual que la planificación de la ciudad y de nuevos espacios.

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