Naturaleza desvanecida

Mi nombre es Daniela y vivo en Quito, Ecuador. Quito es una ciudad única, ubicada en el corazón de los Andes, en un valle a 2800 metros de altura. Aunque he vivido aquí toda mi vida, nunca dejo de asombrarme de su belleza, de sus grandes montañas vestidas con parches de distintos tonos de verde, de su biodiversidad en plantas y animales y de su clima perfecto e impredecible. Cuando pienso en la naturaleza, mi mente siempre piensa en Quito, pero especialmente, en un pequeño bosque al pie de mi casa. Mi casa tiene un jardín muy grande que se conecta con un sendero que lleva a un bosque cerrado lleno de árboles, distintas especies de animales y un pequeño río. Aunque queda a 10 minutos de la ciudad, de alguna manera, este siempre ha sido un espacio seguro, alejado y rodeado de naturaleza. Desde muy pequeña me he sentido conectada a la naturaleza gracias a él.

Me he acostumbrado al sonido del viento cuando golpea las ramas de los árboles, a dormir viendo las estrellas desde mi ventana y a despertarme con el sonido de los pájaros cantando al amanecer. Sin embargo, con el pasar de los años, me he sentido cada vez más alejada de la naturaleza. Ahora puedo escuchar más el sonido de los autos y los autobuses y en las noches se ve solamente un cielo cubierto de smog alumbrado con las luces de la ciudad. El río que pasaba cerca dejó de ser parte del ecosistema, pues se lo puede oler de vez en cuando y ha contaminado el bosque con residuos plásticos que trae de la ciudad. Las especies de animales han disminuido y ha crecido la cantidad de plagas de insectos. Lo que solía ser un ecosistema armonioso, ha empezado a morir poco a poco.

Lamentablemente, esto no solo pasa con este bosque en particular. En todo Quito, los bosques y ecosistemas naturales están siendo afectados por el cambio climático y la contaminación. Los espacios naturales van desapareciendo poco a poco y junto con ello, muchas especies de la flora y la fauna andina. La contaminación en la ciudad crece y de forma gradual. Si es que seguimos de esta manera y no somos conscientes del impacto que hacemos en estos lugares preciados, en poco tiempo los destruiremos y romperemos el balance natural de nuestros hogares.

 

Bosque Quito

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