Más que un sonido, una experiencia

Si bien es cierto los sonidos son cualquier fenómeno que involucre la propagación de ondas mecánicas, sin embargo como lo hemos visto estos realmente son mucho más que eso al ser la consecuencia del comportamiento y la dinámica de determinados lugares, ambientes, creencias y transiciones.

Todo lo que nos rodea emite un sonido que pasa desapercibido al ser parte de nuestro día a día, una vez que ponemos atención a lo que nos rodea la percepción e importancia de las cosas cambia.

Es por esta razón, que los sonidos tienen la capacidad de influir en nuestra forma de pensar y sentir. Estos nos permiten transportarnos a diferentes lugares, incluso pueden complementarse con nuestra imaginación y revivir momentos especiales que nos generan sentimientos de paz, amor, tranquilidad, felicidad e incluso nostalgia, lo que hace que estos sean tan importantes para nosotros, al ser este mecanismo de claridad que no solo nos transporta sino también logra abrir lo más íntimo de cada persona al ser parte de nuestros recuerdos y creencias que forman parte de nuestra personalidad. Es decir, los sonidos representan momentos, historias, aventuras y ambientes.

En este caso, para comenzar quisiera hablar de los sonidos más simples y sublimes de la naturaleza, los cuales representan un paisaje sonoro de armonía, relajación, reflexión y autoconocimiento. Estos son todos aquellos sonidos que escuchamos incluso para lograr conciliar el sueño o despejar la mente, tales como el sonido de los pájaros en un amanecer en el campo, este transmite tranquilidad, pasividad y relajación, es decir si cerramos los ojos el solo hecho de escuchar el silbido de estos animales ya nos hará imaginar un lugar con el cielo despejado y con amplias zonas verdes (campo), sin embargo al ir adentrándonos en el audio podremos descubrir el sonido de unas olas que se rompen justo en la orilla del mar, sonido que tal vez no solo nos genera tranquilidad sino también nos sumerge en recuerdos, tal vez de nuestras vacaciones en familia o de aquel último viaje con una persona especial, nuevamente estamos transportándonos. Al continuar cerrados los ojos y con una escucha activa en el audio podremos encontrar el sonido del río, el cual a mí solo me transmite fuerza, sanación y esperanza, porque esa es la conexión que mi mente genera cuando lo escucho, esta pasividad se rompe cuando llega el sonido de la lluvia que cae con mucha fuerza y se convierte en una tormenta, este sonido nos pone más alerta y rompe la armonía creada hasta el momento, pero ese es el objetivo, jugar con nuestras sensaciones a través del oído. Para finalizar, tenemos un sonido demasiado familiar, el tráfico de la ciudad, los coches, las ambulancias, este es un sonido mucho más frío y cotidiano que es parte de nuestra realidad y representa la vida rápida que llevamos hoy en día.

Me parece importante contrastar estos dos paisajes sonoros para poder sentir los cambios bruscos que pueden generar en una persona. Tanto el sonido de la naturaleza como el de la ciudad son parte de nosotros y cada uno de ellos representa un momento o una experiencia en nuestra vida.

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