Domingo 25 de abril de 2021.
Ecuador está más tranquilo que nunca. Y me pusieron en cuarentena en un espacio antinatural. Vivo en un penthouse en medio de la ciudad, lo más parecido a la naturaleza que tengo es el cactus en mi mesita de noche al lado de mi cama o el intento de invasión en la terraza. Me encuentro en un octavo piso, donde la naturaleza ha intentado invadirlo. En medio de una gran cantidad de cemento, he notado que últimamente la naturaleza ha tratado de impregnarlo, con su mejor esfuerzo algunas raíces y espacios verdes se le adhieren.
Esto me hace pensar en cómo la naturaleza se acopla a nuevos espacios con el único objetivo de sobrevivir. Adaptando toda su vida y su entorno para encontrarse viviendo en un nuevo hábitat, artificial y construido por el ser humano. Mientras comparte espacio con insectos como hormigas o arañas pequeñas. ¿En serio? ¿Como llegaron ahi?
Sin embargo, siento cierta decepción por la situación actual, la cuarentena. Estos son los espacios más cercanos que tenemos en familia para convivir con la naturaleza, o tomar un poco de sol. Siendo espacios tan artificiales y con poca biodiversidad, me siento realmente decepcionado de que sea lo único que nos conecta con esta parte tan importante para cualquier ser humano. Y sobre todo, que mi cactus es el más representativo para mí.